FIESTAS PATRONALES DE ABLA: "LOS BARRENOS DE LA RAMBLA"
Barrenos pirotécnicos dispuestos para el paso procesional
Con motivo del traslado procesional de los Patronos de Abla en la “Traída y Llevada de los Santos”, desde su ermita a la Iglesia Parroquial y viceversa, viene siendo costumbre que se estallen varios barrenos en el cauce de la rambla próxima al pueblo.
Acerca del origen de esta tradición, cuentan los ancianos de la localidad, que antiguamente, como las rentas del campo eran insuficientes y los jornales eran muy escasos, varios vecinos formaban cuadrillas para marcharse a ciudades prósperas, con objeto de echar una temporada y procurarse unos ingresos, que permitieran desahogar la maltrecha economía familiar. Algunos jóvenes que tenían novia también se sumaban con la intención de juntar unos dinerillos para casarse. Los lugares más frecuentados eran las minas de Linares y La Carolina en la provincia de Jaén.
Antes de partir, los componentes de la cuadrilla solían encomendarse a los Santos Mártires para implorar su protección en tierras lejanas, dado el riesgo que conllevaba la mina, el temor a la enfermedad y el asalto en el camino por bandidos. Una vez finalizada la temporada, de regreso al pueblo, solían traer algunos barrenos mineros en cumplimiento de su promesa y devoción a los Patronos.
Unas horas antes de comenzar el desfile procesional, se colocaban los cartuchos en la mitad de la rambla a una distancia prudencial, a la espera de la llegada de la procesión. En este lugar la comitiva religiosa se detenía, las imágenes Patronales se colocaban de cara al espectáculo y en el momento que la banda municipal iniciaba la interpretación de la pieza anónima "Recuerdo de los Santos Mártires" comenzaba el estallido de las cargas explosivas, cuyo estruendo se escuchaba en las distintas barriadas del pueblo.
La ubicación de los barrenos ha cambiado de lugar. Al principio, los originarios se colocaban en el lecho de “la rambla”, de ahí su nombre. Posteriormente, los explosivos del festejo se instalaron en la orilla derecha de la carretera de Santillana, en el tramo que va desde el puente hasta la cuestecilla de Los Santos, con objeto de poder presenciarse el colorido espectáculo desde el pueblo. Actualmente, como medida de prevención, se ha retornado a los orígenes, volviendo a colocarse en el cauce de “la rambla de Los Santos”.
Con el tiempo esta práctica popular quedó en desuso, bien porque el empleo de los barrenos estuviese más restringido o por dejarse de acudir a las minas jienenses. El Ayuntamiento de entonces para evitar que se perdiera esta práctica popular, estimó conservarla y decidió adquirir una caja que contenía cuarenta barrenos. De este modo, los sucesivos alcaldes vienen manteniendo esta costumbre de comprar con los fondos municipales un lote de cuarenta barrenos pirotécnicos. La particularidad que presenta es la exactitud del número, en caso que estalle algún barreno de más o, por el contrario, falle alguno, ese año se rompe la tradición.
¡Lo que comenzó siendo una promesa religiosa de vecinos devotos, terminó convirtiéndose en una tradición popular patrocinada por la Corporación Local!