EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE "LA LLEVADA DE LOS SANTOS"
Procesión de "La Llevada de los Santos"
El traslado en procesión de los Patronos de Abla desde la Iglesia Parroquial a su ermita, conocido popularmente como “La Llevada de los Santos”, ha variado con el transcurso de los años, tanto en el itinerario como en el calendario local, debido a distintos factores incidentes.
La antigua vía procesional no se corresponde con la actual, que discurre por la carretera (AL-3404) desde Abla en dirección a Ohanes. Antiguamente, descendía por el empedrado "Callejón de Los Muertos" (Calle Colecturía) y una vez cruzada “la rambla de Los Santos”, dejando atrás el pueblo, remontaba la empinada “cuestecilla” del mismo nombre. Proseguía por “el viejo camino de Ohanes”, a través del pago de los Olivares, desviándose a la izquierda por la vereda de Los Locrones hasta llegar a la ermita, ubicada junto al desaparecido “jardín de los Santos”. Es decir, seguía el camino inverso a la procesión de “la Traída de los Santos”.
La posterior construcción del puente sobre la rambla, hacia 1948-49, conllevó la modificación del tradicional itinerario. Este cómodo trayecto ofrecía la ventaja de reemplazar el tortuoso camino de herradura por el nuevo carril adaptado para vehículos, remediando de este modo el sobreesfuerzo humano de los anderos en el descenso y subida de las erguidas cuestas, que cruzan este valle. También se sorteaba la eventual riada de la rambla, cuyo paso se salvaba mediante “la presilla”, construida ocasionalmente con maderos en períodos de crecida.
Este recorrido transcurría por la calle Real hacia la plaza Cruz de S. Juan para descender a “el Albollón” y contactar con la carretera de Santillana, eludiendo de este modo su antiguo paso por la calle Baja. Posteriormente, a finales de los años setenta con la adaptación de ruedas al trono patronal, se desvió la ruta por las actuales calles Adolfo Martínez Sicilia y Carretera de Almería, ampliándose el paso procesional a estas barriadas de la localidad.
El nuevo trazado, aunque más largo, resulta más factible y además ofrece la oportunidad de poder visualizarse nítidamente desde el pueblo, antes que la comitiva procesional se interne en el tupido ramaje de los olivares. No obstante, el viejo tramo sigue actualmente en uso por los vecinos, que se desplazan a pie desde el pueblo para visitar el cementerio y/o la ermita. Testigo mudo de esta antigua ruta es el modesto monumento, conocido como “la cruz de la cuestecilla de los Santos”, conmemorativo del trágico final de un infortunado devoto, que falleció en la “Llevada” del año 1918, como consecuencia de una imprudencia al deflagrar los cohetes que portaba como promesa. Su trágica muerte en este lugar ha engendrado en Abla una leyenda, que es muy conocida y comentada en la población.
La “Llevada de los Santos” también ha experimentado una alteración en el calendario local. Tradicionalmente, venía realizándose el día 19 de Mayo, al mes siguiente de la “Traída”, de modo que los Patronos permanecían en el templo parroquial por un período mensual. En el año 1976, se cambia la fecha del traslado de los Patronos a su ermita al primer domingo de Agosto, con la finalidad de que participasen en esta festividad todos aquellos hijos del pueblo, que vivían en otras ciudades lejanas, aprovechando su desplazamiento con ocasión de las vacaciones de verano.
La comitiva procesional, también ha conllevado cambios sustanciales. Tradicionalmente, la encabezaba la desaparecida escuadra de gastadores, formada por “mozos” licenciados del servicio militar, que se incorporaban voluntariamente a la formación uniformada. Algunos jóvenes, lo hacían como acto de promesa a los Patronos por su feliz regreso al pueblo tras su licenciamiento. También las imágenes procesionales han variado, los antiguos cuatro tronos religiosos, que integraban la procesión (incluidos los de S. Francisco y S. Antonio) han quedado relegados a los dos actuales (S. Segundo y los Patronos). Igualmente, el ornamento floral en arco, que cubría las imágenes religiosas ha sido suplido por el diseñado al gusto de los Hermanos Mayores.
Si bien, el itinerario religioso, el calendario festivo local y la comitiva procesional han sido objeto de reformas, el fervor a los Santos Mártires y el júbilo que despierta esta procesión, se mantienen intactos en Abla con la misma devoción, como si el paso del tiempo no hubiera transcurrido entre las sucesivas generaciones de abulenses.