LA IGLESIA APOSTÓLICA ABVLENSE
Portada de la Catedral de Almería
La catedral de Almería se ha engalanado en la festividad del Corpus con unos gallardetes de color encarnado, centrados con un logotipo circular donde aparece la leyenda: “Santa y Apostólica Iglesia Catedral. Almería”. Las citadas banderolas han sido desplegadas tanto en la fachada principal a ambos lados de la puerta como en la torre campanario del edificio catedralicio.
El embanderado episcopal rememora el carácter “Apostólico” de la diócesis de Almería, al considerarse sucesora del obispado de Urci. La atribución apostólica guarda relación con las primeras sedes episcopales hispanas durante el inicio del cristianismo en Hispania, propagado por los Apóstoles o sus discípulos enviados a evangelizar las tierras hispanas en el siglo I.
Almería comparte la atribución apostólica con las diócesis de Guadix (Acci) y Granada (Illiberris), ciudades evangelizadas con ocasión de la venida de “Los Siete Varones Apostólicos” a la provincia hispana Baetica, cuyas diócesis fueron fundadas por S. Torcuato (Acci), S. Cecilio (Illiberris) y S. Indalecio (Urci), cuya constancia aparece documentada en el concilio de Elvira (s. IV).
La sede episcopal de Abula, fundada por su evangelizador y obispo S. Segundo, no aparece constatada en el concilio iliberitano al no acudir representante alguno, motivo por el que los estudiosos consideran que la citada sede habría desaparecido, siendo absorbida por la vecina Acci. Si bien, la diócesis abulense se perdió, la Santa Sede viene concediendo a ciertos obispos auxiliares el título de “obispo de Abula”, cuya razón obedece más bien a un titulo rememorativo, puesto que tal título está vacío de contenido y carece de atribuciones.
La cuestión a plantear es si la Iglesia de Abla puede tener la atribución de “Apostólica”, dado que como sucesora del obispado de Abula, fue precursora del cristianismo en España al ser fundada por el obispo S. Segundo, consagrado en Roma por los Apóstoles S. Pedro y S. Pablo, que lo enviaron junto con sus compañeros a tierras hispanas en misión evangelizadora. La Santa Sede sólo atribuye el título Apostólico a las diócesis vigentes. No obstante, sería legítimo que este título recayera en las Iglesias sucesoras de los primeros obispados extintos, puesto que Abula (Abla) fue una de las primeras comunidades eclesiásticas hispanas donde germinó la semilla del cristianismo.
El reconocimiento oficial de la “Iglesia Apostólica Abulense”, como sucesora de la “Diócesis Apostólica Abulense”, está basada en que dicha comunidad fue fundada en los albores de la cristiandad hispana. Posiblemente, el procedimiento canónico resolutorio sería largo y dificultoso, pero entendemos que su concesión canónica es una causa legítima, ya que está avalada por la historia eclesiástica.
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