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CENTRO DE ESTVDIOS ABVLENSES Abla- Almería

Patrimonio

PIEZAS DE ABLA EN EL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE ALMERÍA

PIEZAS DE ABLA EN EL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE ALMERÍA

                                       Museo Arqueológico de Almería

     El Museo Arqueológico Provincial de Almería fue creado en 1933. El origen de su colección se remonta a los fondos de la Comisión Provincial de Monumentos de Almería y la donación del arqueólogo Luis Siret. Posteriormente, se irán incorporando distintas piezas procedentes del ámbito provincial. Tras la ubicación en distintos edificios de la ciudad, la nueva sede del museo fue inaugurada por los Príncipes de Asturias el 23 de marzo de 2006.

     La colección arqueológica que alberga, representativa de las distintas culturas y civilizaciones del sureste peninsular, es muy variada, donde se muestran principalmente piezas de las culturas de Los Millares, El Argar, Fuente Álamo, romanas e hispanomusulmanas, procedentes de la provincia almeriense. La colección etnográfica alberga indumentaria y diferentes piezas representativas de los usos y costumbre almerienses.

     La contribución de Abla al museo, aunque es escasa, no deja de ser importante dentro de la colección arqueológica. En los fondos de museo se conserva el ajuar funerario de una sepultura argárica, un ungüentario de vidrio romano, un togado romano fragmentado, una vasija funerarias romanas. Además, se custodian otras piezas y fragmentos cerámicos pertenecientes a distintos periodos históricos.

ABLA EN EL ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE ALMERÍA

ABLA EN EL ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE ALMERÍA

                             Fachada del Archivo Histórico Provincial

     El Archivo Histórico Provincial de Almería data de 1932, cuya finalidad es recoger, conservar y difundir el patrimonio documental almeriense. La gestión de este centro, originariamente de titularidad estatal, fue transferido a la Comunidad Autónoma de Andalucía por Real Decreto 864/1984, de 29 de febrero de 1984. En el año 1990, se terminan de ubicar definitivamente todos los fondos documentales, que conservaba el Archivo en el "Palacio de los Vizcondes del Castillo Almansa" (s. XIX), produciéndose en el mismo la inauguración oficial.

     Los fondos documentales albergados se clasifican en Públicos, Privados y Colecciones. Los fondos públicos aparecen integrados por expedientes judiciales de los distintos partidos provinciales y los notariales, tanto de distrito como los relativos a contadurías de hipotecas. La documentación de la Administración obrante corresponde a la Estatal, Junta de Andalucía y Corporativa (Cámaras Agrarias), Local y del Movimiento. Las diferentes colecciones han sido adquiridas a particulares.

     La documentación archivada  correspondiente a Abla es muy variada por su temática. Como más importante consta: el Catastro de Ensenada de Población (1752), expedientes judiciales (s. XVIII-XIX), la Cámara Agraria de Abla (1935-2003), Obras Públicas referidas al ferrocarril y carretera (s. XIX), minería (s. XIX), montes (s. XVIII-XIX), ganadería (s. XVIII-XIX), Ayuntamiento (s. XVIII-XIX), nobleza (s. XVIII), molinos (s. XVIII- XIX), Obras Pías (s. XIX), Presos (s. XIX), desamortizaciones (s. XIX), etc. En suma, una fuente documental básica para la investigación histórica de Abla.  

EL ARCHIVO HISTÓRICO LOCAL PERDIDO

EL ARCHIVO HISTÓRICO LOCAL PERDIDO

                          Archivo documental fotocopiado de Abla (C.E.A.)

     Los archivos locales donde se custodiaba la citada documentación histórica eran los siguientes: El archivo municipal, el archivo parroquial y por último el archivo privado de la familia Bazán de Abla. Del contenido de cada archivo expoliado tenemos escasas noticias gracias a referencias indirectas, así como de sus joyas documentales que eran respectivamente: El libro de Apeo de Abla (1571) y los distintos tomos del Catastro de Ensenada (1752), los libros de Fábrica Parroquiales (S. XVI-XX) y el libro original titulado “Bazanes” (S. XVIII).

     Desgraciadamente, como antes se ha indicado, los fondos documentales que fueron acumulándose durante varios siglos se disiparon en un breve período de tiempo. Las razones del expolio no obedecen a causas fortuitas sino más bien a omisiones y actos humanos. Como causas principales se citan: La incomprensión y fanatismo ideológico-político de borrar toda huella documental del pasado, la falta de concienciación por las autoridades locales del valor histórico que contenía la antigua documentación oficial, la sustracción de documentos por particulares y por último su venta con finalidad lucrativa. La pérdida del patrimonio documental lamentablemente ha sido una de los mayores estragos del patrimonio histórico de Abla y desdichadamente se ha perdido con ello, de modo irreversible, una parte significativa de la historia local.

     No es posible hacer una relación de los fondos custodiados en los archivos mencionados, aunque puede deducirse de cierta documentación que existió gracias a fuentes indirectas, donde se custodiaban valiosos documentos relativos a Abla. Cabe citar principalmente: Biblioteca Nacional y Real Academia de la Historia (Madrid), Archivo General de Simancas (Valladolid), Archivos de la Alhambra, Histórico Provincial y de la Real Chancillería (Granada), Archivo Histórico Provincial y de la Diputación (Almería), Archivo Municipal de Abrucena y Biblioteca Pública de Fiñana. Hoy apenas se conservan en los archivos locales una pequeña documentación simbólica de lo que fue en otro tiempo el patrimonio documental de Abla.

 

LA IMPORTANCIA DEL MAUSOLEO DE ABLA

LA IMPORTANCIA DEL MAUSOLEO DE ABLA

                     Mausoleo con antelación a la restauración

 

     Su importancia histórico-artística se basa en tres razones fundamentales. Está considerado como el edificio más antiguo conservado de la provincia de Almería, entendido en el sentido de construcción arquitectónica vertical, a diferencia de las construcciones prerromanas provinciales, cuyos vestigios no pueden considerarse como edificaciones conservadas. Su datación es del siglo II (d.C.) y cobra mayor antigüedad que el mausoleo romano de El Daimuz (s. IV) en El Ejido y por supuesto anterior a la alcazaba árabe de Almería (s. X).

 

     Conserva la bóveda de arista considerada entre las más antiguas subsistidas en las construcciones hispanas y quizás la única conservada en monumentos funerarios túrricos hispanos, que se encuentran en su mayoría con diferente bóveda o desprovistos de cubierta por su pérdida.

 

     Es el ejemplar perteneciente al rito de inhumación mejor conservado en la península ibérica (España y Portugal), dentro de la tipología a la que queda adscrito, como sepulcro turriforme de edícula abierta, dado que la mayoría de estos mausoleos romanos peninsulares se han  perdido o no han llegado en un estado óptimo de integridad.

EL PUENTE DE LAS ADELFAS (s. XIX)

EL PUENTE DE LAS ADELFAS (s. XIX)

                                    El puente de Las Adelfas

     En el anejo municipal de Las Adelfas (Abla, Almería) se encuentra el colosal puente de ferrocarril denominado “El Puente de Las Adelfas”, construido de fábrica a finales del siglo XIX sobre la rambla del mismo nombre. Consta de siete bóvedas de cañón (como días de la semana) sobre seis pilas, cuya longitud aproximada es de 121,5 metros.

   Fue construido por la empresa francesa adjudicataria de la obra ferroviaria Fives-Lille. Dada la magnitud de esta obra de ingeniería, cuando el resto de las obras del tramo ferroviario Guadix-Almería estaban casi terminadas a finales de 1893, su ejecución se prolongó hasta su finalización definitiva al año siguiente. En la clave del arco central hay un escudo donde figura inscrita en francés la fecha oficial de su construcción (2-MARS-1894), el día 2 de Marzo de 1894.

   El citado puente aparece inscrito, con fecha de 07 de Enero de 2004, como Bien General Comunitario por la Junta de Andalucía y forma parte del Patrimonio Industrial y Minero Andaluz, así como del Patrimonio Local de Abla. Es recomendable su visita realizando la conocida ruta de senderismo “La Ruta de Las Adelfas”.

 

LA CRUZ DEL LUGAR O DE S. JUAN

LA CRUZ DEL LUGAR O DE S. JUAN

                             Fragmento de la cruz de S. Juan

    

     Junto a la fachada principal de la ermita Las maravillas se encuentra una cruz de piedra denominada “Cruz de S. Juan”, que está asentada sobre el arco del caño de la cruz que desagua en el pilar o abrevadero de animales próximo.

     En el siglo XVI aparece citada como “la cruz del lugar” y posteriormente en el siglo XVII cambia de denominación y se le llama “la cruz del señor san Juan”. Se trataba de un humilladero religioso consistente en una cruz de piedra colocada sobre un pedestal del que podía apreciarse a principios del siglo XX la inscripción latina que presentaba y que era conocido popularmente como “la cruz de S. Juan”.

     Antiguamente se encontraba emplazado en un lugar céntrico de la citada plaza y posteriormente se adosó a la fachada de la ermita Las Maravillas hasta la construcción del caño y el pilar en los años cincuenta. Lamentablemente, con motivo de las obras realizadas el referido pedestal fue desechado y la cruz fraccionada puede apreciarse hoy rematando el arco donde se encuentra el actual caño de agua.

     Tras un dilatado período de historia (s. XVI-XX) este humilladero ha constituido una seña de identidad de la citada plaza y afortunadamente puede recuperarse, dado que parte del pedestal sepultado y el fragmento del pie de la cruz se conservan. Entendemos que los abulenses y en particular el vecindario de esta barriada tienen una deuda con la historia de Abla y debe reponerse este monumento, dado que forma parte del patrimonio histórico-local.