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CENTRO DE ESTVDIOS ABVLENSES Abla- Almería

Costumbres

LAS PILAS DE AGUA BENDITA DE LA IGLESIA DE ABLA

LAS PILAS DE AGUA BENDITA DE LA IGLESIA DE ABLA

                           Pila de agua bendita de la Iglesia de Abla

     La pila de agua bendita es un recipiente de piedra, que contiene agua previamente bendecida por el sacerdote para que se persignen los fieles que acuden a la iglesia. El ritual consiste en introducir los dedos en el agua para hacerse la señal de la cruz. Simbólicamente es un signo cristiano de purificación antes de proceder a la entrada en el templo. Esta práctica religiosa está desapareciendo, debido principalmente a razones higiénicas o sanitarias.

      En la Iglesia de Abla se instalaron dos pilas de agua bendita a la entrada al templo parroquial, adosadas a los muros laterales de la nave central. La principal (a mano derecha), próxima al baptisterio, está labrada en mármol blanco y figura apoyada en una base marmórea. La otra pila más pequeña se encuentra ubicada en el muro opuesto, próxima  a la puerta de subida al coro, figurando volada y adosada a la pared.

     La curiosidad que presentan las citadas pilas de la Iglesia Parroquial de Abla es que además de servir para la persignación de los fieles han venido cumpliendo la funcionalidad de depósito de objetos perdidos. En el borde de las mismas solían encontrarse monedas, pañuelos, prendas personales, etc. Eran objetos extraviados por sus titulares y que habían sido colocadas por personas que las habían encontrado,  con la finalidad que pudieran se recuperadas por sus dueños en este punto común de referencia. Resulta un acto de conciencia por parte de la persona que lo halló de no quedarse con lo ajeno, así como del personal que acudía a la pila de no apropiárselo y comunicárselo a su titular, en caso de identificarlo. Por su parte, los titulares acudían como último recurso a las citadas pilas por si alguna alma caritativa lo había depositado en este lugar conocido de sobra por todo el vecindario.  

EL NOCHEBUENO

     Chimenea rústica

 

     Tradicionalmente la Nochebuena navideña se celebraba en Abla en familia degustando para la ocasión una cena especial basada en platos de la tierra, propios de estas fechas transmitidos por las abuelas, donde los miembros de la familia más allegados compartían mesa y mantel.

 

   Durante la cena o con posterioridad a ella, una vez reducido el rescoldo de la lumbre de cocinar, se colocaba un tronco en la chimenea previamente reservado para la ocasión, denominado popularmente nochebueno (ALEA: T. III, L. 658, M. 718), que era lo suficientemente grande para aguantar la velada dando el calor necesario en la fría noche invernal.

 

   Antiguamente la Nochebuena transcurría próxima al rincón de la chimenea junto al calor de la lumbre y a la escasa luminosidad que proporcionaba el candil. La velada se prometía lo más divertida cantando villancicos populares y narrando viejas leyendas y cuentos navideños al abrigo de la calidez familiar.